Nostalgia colectiva en tiempos digitales

Hoy en día, la comida ya no se vive solo en el momento: también se comparte. Y no hablamos solo de compartir el plato, sino de compartir lo que ese plato representa emocionalmente, especialmente en redes sociales.

Cuando una marca como Bembos lanza un combo inspirado en una serie de los años 2000, en una frase popular del humor peruano o en un diseño que recuerda a los stickers del colegio, está activando una nostalgia colectiva. Es decir, no es solo que a ti te recuerde algo: le recuerda lo mismo a cientos o miles de personas más.

Este tipo de estrategia conecta con un sentimiento común, con experiencias compartidas que generan conversación. La gente no solo compra el producto, también lo publica, lo etiqueta, lo comenta: “¿Te acuerdas de esto?”, “¡Yo también tenía ese vaso!”, “Esto me hizo el día”. De pronto, comer algo se convierte en un acto emocional y social.

En términos de marketing digital, esto es sumamente poderoso. La nostalgia no solo engancha; también viraliza. Es contenido emocionalmente valioso y visualmente compartible.

Por eso, más allá de vender productos, las marcas que entienden la emocionalidad de sus consumidores están vendiendo momentos, recuerdos y sentido de pertenencia. En este contexto, comer con el corazón también es publicar con el alma, porque en cada combo hay algo más que papas y hamburguesas: hay un pedazo de historia compartida.

Y eso, hoy más que nunca, es lo que conecta.

Comments

Popular posts from this blog

Donde la comida es excusa y la risa es el plato principal

¿Por qué Bembos sigue siendo la favorita en Perú ante la competencia global?

Más Allá del Plato